En el histórico Campeones del 36, una historia conmovedora se desarrolló el último fin de semana. Un padre y su hijo, unidos por la pasión por el deporte rey, compartieron el sueño de jugar juntos en el torneo de Primera División, defendiendo los colores del equipo que los vio crecer en su querida urbanización.
José Codarlupo Ruiz, luego de pasear su fútbol por las ligas de Marcavelica y Salitral, espero con ansias que el equipo de la urbanización Santa Rosa ascendiera a la máxima categoría del balompié chirense.
En el 2023, luego de regresar del retiro, José con 35 años jugó en el equipo celeste y fue uno de los goleadores de la temporada pasada. Sin embargo, su sueño fue jugar siempre con su hijo y siguió entrenando fuerte para seguir vigente.
En el partido contra el Tupac Amaru, José a los 20 minutos del primer tiempo ingresó tras la lesión de un jugador celeste y luego en el complemento se dio el momento emotivo. Leandro, quien fuera goleador de la Copa federativa del 2023, ingresó para jugar en la delantera junto con su padre.
“Fue un sueño que siempre estaba buscando y gracias a Dios se dio este año, donde ya pasaré a retirarme para darle pase a los nuevos valores de la urbanización”, sostuvo a Sullana Deportes el experimentado jugador.
La historia de este padre y su hijo es un testimonio del poder del deporte para unir a las familias, para fortalecer los lazos de amor y amistad. Su sueño es un reflejo del sueño de muchos padres e hijos que comparten la pasión por el fútbol, un sueño que trasciende las fronteras y que se vive con intensidad en cada rincón del mundo.
EXPULSIÓN.
A falta de 5 minutos para el final, Leandro fue expulsado, pero el momento ya estaba escrito.