Rivas y Aponzá, dos colombianos que se hacen extrañar

Cuando el juego colectivo no aparecía, los colombianos Robinson Aponza o su paisano Janeiler Rivas inventaban alguna individual o con un golpe de cabeza le daban la alegría a los hinchas de Alianza Atlético que aún extrañan gritar sus goles.
Con una gambeta indescifrable, el negrito supo ganarse el cariño de la gente que se daba cita al estadio bellavistino. A pesar de su individualismo, Aponzá anotó 30 goles que le sirvieron para regresar a un grande de Colombia como es el Junior.
El caso de Rivas, también es similar. Desde aquel gol en el último minuto ante el Sport Loreto en el estadio Fronterizo de Lancones, los hinchas churres lo bautizaron como el caudillo o la muralla que se volvió impasable en la saga sullanera.
Su más de 1. 93 de estatura hizo temblar a más de un jugador peruano que tenían miedo pasarlo. En el arco contrario, en cada pelota parada, también era sinónimo de gol y los sullaneros gritamos los siete goles que hizo con la casaquilla churre. El pivoteo para los goles de su paisano también fueron importantes.
Hoy estos dos colombianos ya no están con nosotros y más de un hincha de Alianza Atlético los extraña, pues los “refuerzos” que llegaron no dieron la talla y fueron separados del plantel que hoy lucha por no descender.